
“El 26 de junio de este año, en el corte del puente Pueyrredón, la policía bonaerense asesinó a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. A partir de ese día, nada fue igual. Ni para nosotros –un par de futuros egresados en Ciencias de la Comunicación– ni para ellos –un grupo de personas que se organizan para recuperar la dignidad que le arrebataron– la vida cotidiana siguió igual.
Desde entonces, el dolor y la bronca no dieron tregua. Pero eso no inmovilizó. Fue en ese triste contexto donde el MTD nos regaló una enseñanza que no vamos a olvidar jamás: después del luto por el compañero asesinado sigue la lucha. En eso estamos, luchando.
Nada más sobre esto. Es inútil seguir escribiendo. Las palabras mentirían.”
(Texto escrito en un trabajo práctico para la facultad. En él se relata nuestra experiencia comunitaria durante el año 2002 en el Movimiento de Trabajadores Desocupados de Almirante Brown).
Año 2002. Anecdotario con los pibes de la copa de leche del MTD:
– Sonia estaba jugando a hacerle cosquillas a las chicas. Todas la rodeaban, mientras ella les decía: “Me dijeron que vos tenés cosquillas por acá ¿Puede ser?”. Cuando le tocó el turno de las cosquillas en el cuello a Mercedes se vivió una situación tensa: “No, ahí no me hagas porque tengo garrapatas”. “¿Garrapatas? ¿No serán piojos?”, preguntó incrédulo Nahuel. “No, garrapatas. Garrapatas como tienen los perros”.
– Ricardo y Esteban se acercaron a Nahuel para que los ayude con las fracciones. Nahuel tomó la carpeta y empezó a revisarla. En una carátula encontró un dibujo extraño realizado por uno de ellos. Era un ángel que estaba fumando al lado de 5 puntos (símbolo que significa muerte a la policía). “¿Qué significa esto?” preguntó Nahuel conociendo la respuesta. “Es muerte a la policía”, contestaron. “Y ¿de dónde lo sacaron?”. “De las paredes del barrio. Está por todas partes”.
– “Los del barrio Don Orione tienen más plata que los de acá (barrio Cerrito)”, dijo David. “¿Por qué?”. “Porque las canchitas tienen arcos de hierro y acá son de tronco de árboles”.
– Darío tiene 4 años, tiene ojos muy grandes y unos cachetes que tientan a agarrárselos. No habla mucho pero, un día, Sonia se sentó a hablar a solas con él. “Mi hermanito hizo caca en una olla”. “¿Cómo en una olla?”. “Sí, porque se rompió la pelela”.
– Camila tiene 5 años y es hija de Silvina, una de las dueñas de la casa donde funciona la copa de leche. Un día llegamos temprano y estuvimos haciendo tiempo charlando con ella. “Ayer fui a la asamblea con mi papá”, nos dijo. “¿Sí? ¿Y qué decían?”. “No sé, hablaron todo el tiempo de la policía”.
Desde entonces, el dolor y la bronca no dieron tregua. Pero eso no inmovilizó. Fue en ese triste contexto donde el MTD nos regaló una enseñanza que no vamos a olvidar jamás: después del luto por el compañero asesinado sigue la lucha. En eso estamos, luchando.
Nada más sobre esto. Es inútil seguir escribiendo. Las palabras mentirían.”
(Texto escrito en un trabajo práctico para la facultad. En él se relata nuestra experiencia comunitaria durante el año 2002 en el Movimiento de Trabajadores Desocupados de Almirante Brown).
Año 2002. Anecdotario con los pibes de la copa de leche del MTD:
– Sonia estaba jugando a hacerle cosquillas a las chicas. Todas la rodeaban, mientras ella les decía: “Me dijeron que vos tenés cosquillas por acá ¿Puede ser?”. Cuando le tocó el turno de las cosquillas en el cuello a Mercedes se vivió una situación tensa: “No, ahí no me hagas porque tengo garrapatas”. “¿Garrapatas? ¿No serán piojos?”, preguntó incrédulo Nahuel. “No, garrapatas. Garrapatas como tienen los perros”.
– Ricardo y Esteban se acercaron a Nahuel para que los ayude con las fracciones. Nahuel tomó la carpeta y empezó a revisarla. En una carátula encontró un dibujo extraño realizado por uno de ellos. Era un ángel que estaba fumando al lado de 5 puntos (símbolo que significa muerte a la policía). “¿Qué significa esto?” preguntó Nahuel conociendo la respuesta. “Es muerte a la policía”, contestaron. “Y ¿de dónde lo sacaron?”. “De las paredes del barrio. Está por todas partes”.
– “Los del barrio Don Orione tienen más plata que los de acá (barrio Cerrito)”, dijo David. “¿Por qué?”. “Porque las canchitas tienen arcos de hierro y acá son de tronco de árboles”.
– Darío tiene 4 años, tiene ojos muy grandes y unos cachetes que tientan a agarrárselos. No habla mucho pero, un día, Sonia se sentó a hablar a solas con él. “Mi hermanito hizo caca en una olla”. “¿Cómo en una olla?”. “Sí, porque se rompió la pelela”.
– Camila tiene 5 años y es hija de Silvina, una de las dueñas de la casa donde funciona la copa de leche. Un día llegamos temprano y estuvimos haciendo tiempo charlando con ella. “Ayer fui a la asamblea con mi papá”, nos dijo. “¿Sí? ¿Y qué decían?”. “No sé, hablaron todo el tiempo de la policía”.
1 comentario:
Recuerdo cuando “Darío” era simplemente el nombre del hermano de Javier, uno más de los compañeros del MTD.
Recuerdo aquel miércoles que no fuimos a la facultad, aunque teníamos clases, porque estábamos plegados al “repudio en las calles”.
Recuerdo las caras de los pibes de la Copa de Leche a un año de los asesinatos en el Puente… cuando el barrio entero se propuso recopilar “la memoria”. Y las lágrimas de Dina al mencionar que fue él, Darío, el que la sacó de la angustia del desempleo y le tendió la mano hacia la lucha por la dignidad del “trabajador desocupado”.
Recuerdo a los chicos, especialmente a David y Camila. Ojalá pudiera decir que hoy viven diferente a ese ayer, cinco años atrás. Sin garrapatas ni miedo a la policía, con plazas llenas de juegos… CON FUTURO.
De lo que sigo estando convencida, y agradezco a mi amigo que en esta página me lo recuerda, es de la IMPERIOSA y cada vez más URGENTE NECESIDAD de construir un cambio de sociedad, partiendo por saldar las brechas de tanta injusticia.
En la medida que sigamos en ese rumbo, Darío Santillán y Maxi Kosteki no son, ni serán, simples banderas.
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