Un hombre infectado con HIV pide en el vagón de subte. Dice que no necesita para medicamentos porque el hospital Muñiz se los suministra gratuitamente. Pero que sí necesita dinero para saciar sus necesidades básicas, para “darle una mamadera con leche a mi hija recién nacida”.
–Mamadera con leche, sí, capaz que sí –dice un joven sentado al lado mío.
–Siempre la misma historia con esta gente. No saben que inventar para no trabajar –completa otro, compañero de andanzas del primero.
Punto seguido. La conversación continúa así:
–Santi, me bajo en la próxima. Acordarte de mandarme por mail las propuestas de Macri así las reenvío. Igual, ya está todo medio cocinado, ¿no?
lunes, 25 de junio de 2007
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