jueves, 4 de septiembre de 2008

El peronismo según pa’



Mi hermana estudia Trabajo Social en la UBA y en una de las materias le pidieron que personas de más de 50 años escriban sobre el peronismo. A continuación, el recuerdo de mi padre:
“Lo primero que recuerdo al pensar en las políticas sociales durante el primer gobierno peronista es una frase de mi mamá durante una charla con una vecina. Yo era chico pero me quedó grabado aquello de que ‘entonces llegó Perón y gracias que nos avivó un poco’.
Después me pregunté quienes eran las personas ‘avivadas’ por Perón y llegué a la conclusión de que éramos nosotros, integrantes de ese barrio de una ciudad pequeña, conformado por familias de trabajadores con actividades modestas pero que eran suficientes para seguir viviendo con cierta tranquilidad y garantizar a los pibes la concurrencia a la escuela primaria y su continuidad hasta donde se pudiera.
Otro interrogante que me planteé fue en qué había consistido la ‘avivada’ recibida de Perón. La charla de las vecinas entonces era sobre el trabajo cotidiano y es lógico pensar que, entonces, la ‘avivada’ venía por el lado de las leyes laborales destinadas a proteger a los trabajadores y a poner un límite legal a los posibles abusos de los patrones, que ahora no podían hacer lo que quisieran.
La figura de Perón aparecía así directamente ligada a los beneficios de un salario digno, el goce de las vacaciones, el cobro del aguinaldo, el cumplimiento de horarios de trabajo, las jubilaciones y ayudas sociales y otras ventajas que hacían más llevadera la vida cotidiana, aportando más tranquilidad al seno familiar.
Otro recuerdo que tengo es haber visitado de muy chico lo que se conocía como Escuela Hogar, un establecimiento muy moderno y de dimensiones grandísimas a los ojos infantiles. La escuela estaba destinada a atender a chicos de lugares muy distantes que no tenían acceso a la educación y eran llevados allí donde comían, dormían y estudiaban con la asistencia estatal. Ese tipo de escuelas, con fines tan respetados y loables, que se identificaban por características constructivas muy particulares, estaban
ligadas al gobierno de aquella época. Lo mismo ocurría con hospitales y otras dependencias para brindar atención a la gente. ‘Los hizo Perón’, se repetía incansablemente como poniéndole un sello definitivo y distintivo, que aun hoy se puede escuchar de alguna edificación que se conserva de aquella época y a la que se elogia por su solidez y continuidad.
Me acuerdo también del barrio donde pasé mi infancia, constituido por casitas del mismo tipo que ofrecían una imagen novedosa, de orden y armonía, atribuyendo cierta dosis de distinción a sus moradores y otra dosis similar de esperanza a los que aguardaban ser adjudicatarios Perón ya no estaba, pero el proyecto del barrio venía de los años de su gobierno y -como tantos otros- ya no podía volverse atrás.
Estas acciones quedarían definitivamente incorporadas -a pesar de todas las contingencias- a las demandas de la gente. Y allí reside la importancia de ese período de la historia argentina en la que se dio respuesta a viejas deudas sociales.
Ya nadie, aunque lo disimule o no lo admita públicamente, pudo dejar de aceptar que la gente había sido "avivada" y que sus reclamos por mejores condiciones de vida tenían que ser tenidos en cuenta. Después vendrían otras demandas, otras exigencias. Eso sí, sin descuidar ni permitir que aquellos beneficios logrados sean arrebatados.”
(MM. 56 años. Nació en La Pampa. Vive en la Patagonia)

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