No, señor, no, señora, no, joven de chomba lacoste, no hay matices, hoy no los hay, la calle nos separa. Vos en una vereda, con tu idea puritana de la política, con la conciencia limpia y la bandera –sin sangre ni barro– que sacas para el mundial; y yo, al frente, con la idea que la política es maquiavelo, es tener un muerto en el placard, es negociar, discutir, putear. Es odiar al que la quiere toda para él.
Sí, claro que sí, la política debe buscar el bien común. Pero en este país no hay bien común posible si hay personas que sólo ponen sus cacerolas al servicio de personas de su misma estirpe, que ningunean a los pobres, que jamás hicieron nada por ellos más que darle una bolsa de ropa a Caritas, que se conmueven con el pibito negro harapiento de la calle y lo miran y se dicen: “ay, me lo llevaría a mi casa” como si fuera un perro abandonado.
Esa es la cuestión. Porque a lo que no tenés derecho es a creer que el gobierno es una dictadura o una monarquía que hace y deshace a su antojo los destinos de nuestro país. Porque si algo no es este gobierno es hegemónico y autoritario. ¿Hace falta que te lo demuestre? La 125 fue derogada. A lo que no tenés derecho es a desconocer que lo que sucedió en los últimos cuatro meses fue una arremetida de los grandes grupos económicos ante una mínima intervención del Estado. Porque si la cabeza solo te da para dilucidar que el gobierno hizo lo que hizo para llenarse los bolsillos de plata o comprar intendentes, debo decirte que lo tuyo es muy básico, muy de jardín de infantes. Pero no te aflijas, si querés ser de derecha, estudiás un poquito y lo vas a entender. No es tan difícil. Ojo, pero ahí te vas a tener que hacer cargo del lugar desde donde decís las cosas. Claro, pero sospecho qué es lo que te pasa. Tenés miedo. No hay nada más parecido a un fascista que un burgués asustado. Porque cuando vas con tu banderita al acto de los patrones del campo, vas por eso, por el miedo que te da que el Estado te quiera retener algo: el mp3, la notebook, los metros cuadrados de tu depto en Recoleta, tu posibilidad de hacerte un viajecito al exterior, la oportunidad de evadir impuestos. No te engañes, no salís por la democracia, la democracia te importa un huevo, tanto como le importó a tus ancestros cercanos que seguramente aplaudieron el golpe y votaron a Menem. Es tan obvio.
martes, 22 de julio de 2008
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