sábado, 7 de julio de 2007

Estampitas


Subte. Un pibe entra a un vagón semi-vacío. Reparte estampitas. A mí me toca la virgen desatanudos. Se acerca a una mujer embarazada y, en vez de darle el primero que seguía del toquito, comienza una ardua búsqueda –la misma que cuando le mostrábamos a nuestros compañeros las figuritas en los recreos. La encuentra, se la da, la mujer la toma, la mira y la deja apoyada en su rodilla. El pibe sigue su recorrido. Cuando vuelve, la mujer ya no está. La estampita quedó en el largo asiento rojo. Era San Ramón Nonato.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Seguramente ese pibe leyó una línea más que la señora no entendió. A veces sucede que las señales pasan y uno no tiene cómo leerlas. Entiendo el gesto del pibe, me gustaría saber cómo pudo abandonar la estampita esa señora...
No es un juicio de valor religioso, aunque se declarara atea, cómo no devolver un mínimo detalle al gesto casi romántico de ese pibe!